¿Una tinta para todo? Explorando los pigmentos en la impresión textil

La impresión textil digital se enfrenta a la complejidad debido a la diversidad de sustratos que requieren tintas específicas. La industria busca una tinta universal, y las tintas pigmentadas muestran potencial. Si bien tradicionalmente se utilizan para fibras naturales, los avances buscan ampliar su aplicación, simplificar los procesos al reducir el pretratamiento y el postratamiento, y mejorar la sostenibilidad, aunque persisten desafíos como la sensación al tacto en las prendas.

Una de las dificultades al hablar de la impresión digital sobre textiles es que el término "textiles" es demasiado amplio, ya que puede abarcar diversos sustratos. Para cada tipo de textil, existe un tipo de tinta correspondiente, formulado para adherirse a las fibras de dicho tejido. Por ejemplo, el poliéster se imprime mejor con tintas de sublimación, mientras que las tintas ácidas ofrecen los mejores resultados para la seda.

Esto significa que cualquier persona que imprima grandes volúmenes de textiles tendrá que invertir en varias impresoras para tener una solución disponible para cualquiera de los principales tejidos, ya sea algodón, poliéster, seda, lana, etc. La mayoría de los proveedores han respondido reformulando sus juegos de tintas para que puedan trabajar con una gama más amplia de tejidos, incluyendo las numerosas mezclas existentes, como el polialgodón, que combina poliéster y algodón. Pero la clave sigue siendo la idea de un único juego de tintas que pueda imprimir sobre cualquier textil y que, además, elimine la necesidad tanto de pretratamiento como de posprocesamiento. Y durante los últimos cinco años aproximadamente, se ha debatido mucho sobre si las tintas pigmentadas textiles podrían desarrollarse para lograr precisamente eso.

La tinta pigmentada textil no es nueva, ya que se ha utilizado para la impresión sobre fibras naturales como el algodón durante muchos años. Sin embargo, de todas las clases de tinta textil, esta es la que ha evolucionado con mayor facilidad hacia una tinta universal. De hecho, el término «tinta pigmentada» es algo engañoso, ya que la mayoría de las tintas utilizan partículas de pigmento como colorantes. En realidad, son los demás componentes los que distinguen un tipo de tinta de otro. En la mayoría de las tintas pigmentadas textiles, las partículas de color individuales se encapsulan en una resina sintética junto con agentes aglutinantes y luego se suspenden en un líquido portador acuoso. Una vez inyectada la tinta, se aplica calor para evaporar el agua y fundir la resina, lo que une el pigmento a la superficie del material.

Aún es necesario aplicar algún tipo de pretratamiento o imprimación al sustrato. Esto proporciona a las gotas de tinta una clave para adherirse a la superficie y limitar la expansión de la ganancia de punto antes de la etapa final de curado. Uno de los problemas con las tintas pigmentadas textiles anteriores era su dificultad para soportar múltiples ciclos de lavado, ya que los colores tendían a desteñirse a un ritmo mucho más rápido de lo aceptable para los consumidores. Las mejoras en la calidad del pretratamiento han mejorado la resistencia general al lavado, de modo que el gráfico final debería resistir muchos ciclos de lavado sin perder su color.

EFI Reggiani ha desarrollado una gama de tintas pigmentadas textiles para impresoras como esta EcoTerra Gold.©Nessan Cleary

Una de las principales ventajas de las tintas pigmentadas es la posibilidad de eliminar la necesidad de etapas posteriores a la impresión, como el lavado y el planchado. Esto ofrece varias ventajas. Para empezar, ahorra tiempo, lo cual es especialmente importante en cualquier entorno bajo demanda. Además, los procesos adicionales requieren personal para su realización, lo que incrementa el coste de la mano de obra. Dicho esto, ahorrar tiempo y mano de obra es un problema menor en los países emergentes, incluyendo Asia, donde la producción textil es mayor.

No obstante, eliminar los pasos de acabado sigue teniendo sentido desde el punto de vista de la sostenibilidad. Los textiles impresos digitalmente, en general, son más respetuosos con el medio ambiente que los métodos convencionales, ya que utilizan menos agua y hay menos posibilidades de contaminación de las vías fluviales por escorrentía. Sin embargo, algunas tintas de inyección de tinta requieren mucha agua para el lavado y el vaporizado, lo que permite curar completamente la tinta y garantizar que el colorante se haya adherido completamente a las fibras. Esto también implica un mayor tiempo de secado y, en ocasiones, de planchado, lo que a su vez requiere más energía. Sin embargo, dado que la mayoría de las tintas pigmentadas forman un enlace químico con la superficie del textil, se necesitan menos etapas adicionales de lavado y secado, por lo que se consume menos agua y energía en la producción. Esto también reduce el coste de producción. Dicho esto, algunas tintas pigmentadas requieren una temperatura relativamente alta para curar la tinta, lo que consume mucha energía y puede dañar algunos tejidos.

Además, dado que la tinta se deposita sobre la superficie del tejido, modifica su tacto, lo cual es fundamental en la producción de la mayoría de las prendas. Por el contrario, la mayoría de las tintas textiles penetran bajo la superficie y se adhieren a las fibras, de modo que el tejido conserva su tacto original.

Esto ha significado que algunas tintas pigmentadas son más adecuadas para muebles que para prendas de vestir, donde los consumidores aceptarán una textura más áspera en el material final. Sin embargo, la última generación de tintas pigmentadas textiles está empezando a superar este problema. Esto se debe principalmente al uso de una mejor tecnología de fresado para producir partículas más pequeñas, junto con mejoras en los aglutinantes utilizados y el uso de agentes suavizantes en la tinta. Las partículas más pequeñas son más fáciles de inyectar, por lo que hay menos problemas de obstrucción de las boquillas en los cabezales de impresión. Y lo que es más importante, las partículas más pequeñas también proporcionan una textura más natural a la superficie del tejido, permitiendo que la textura natural del material se refleje en la tinta.

Por lo demás, el mayor reto sigue siendo la gama de materiales con los que la mayoría de las tintas pigmentadas imprimen. Este tipo de tinta debe imprimir sobre fibras de celulosa, es decir, fibras de origen vegetal, como el algodón o el lino. Algunas de estas tintas también son compatibles con materiales de celulosa regenerada, como la viscosa, también conocida como rayón. Algunas de las tintas pigmentadas disponibles imprimen sobre materiales fabricados con fibras sintéticas, como el poliéster o el nailon, así como sobre mezclas de ambos tipos de fibra, como el polialgodón.

Algunos proveedores también afirman que sus tintas pigmentadas pueden imprimir sobre fibras de origen animal, como la lana o la seda. Se podría argumentar que el uso de tintas pigmentadas para eliminar el proceso de posimpresión puede reducir los costos, especialmente con materiales sintéticos como la lana acrílica.

Sin embargo, los mejores resultados para estos tejidos de mayor calidad se siguen obteniendo con tintas a base de colorantes, como las reactivas para lana o las ácidas para seda, especialmente para aplicaciones de alto valor como bufandas de seda o lana merino. Sin embargo, se desarrollan constantemente nuevos juegos de tintas que prometen superar algunas de estas limitaciones. La próxima feria Fespa Global en Berlín, en mayo, ofrece una buena oportunidad para ver algunas de estas soluciones en persona.

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