
Laurel Brunner habla de la importancia de la gestión de los recursos y de la mejora del control de los procesos para las empresas interesadas en iniciativas de sostenibilidad.
Neto cero en 2050. Cero residuos al vertedero. Cero emisiones. Todas suenan bien, pero ninguna de ellas tiene sentido sin una acción directa. En el centro de cualquier iniciativa de sostenibilidad está la gestión de los recursos y la mejora del control de los procesos. La buena noticia es que ambos mejorarán la rentabilidad de una empresa, además de ayudar al planeta.
Para los profesionales de la industria gráfica, el control de procesos ha estado en el corazón de la industria desde la revolución de la autoedición. Comenzó en 1984 con la llegada del Apple Macintosh. Combinado con la impresora láser de sobremesa LaserWriter, las fuentes Linotype y el lenguaje de descripción de páginas PostScript, el Mac fue una de las innovaciones más resonantes del mundo. La incorporación a la mezcla del software de maquetación de páginas Pagemaker de Aldus estableció un modelo sin precedentes para las comunicaciones digitales. Aldus y Pagemaker se han perdido ahora en las profundidades de Adobe, pero aún seguimos los principios básicos de la aplicación. La selección de fuentes, el diseño de páginas y la maquetación creativa forman parte del día a día tanto en las comunicaciones impresas como en pantalla.
La entrega de datos de contenido digital directamente a la página mediante el lenguaje de descripción de páginas PostScript eliminó todo tipo de procesos derrochadores y ávidos de recursos. Al hacerlo, la entrega de datos digitales obligó a toda la industria gráfica a replantearse su modus operandi. En el transcurso de toda esta agitación, las empresas se vieron obligadas a ser más esbeltas y eficientes; menos derrochadoras. En los años siguientes, el sistema operativo Mac y los dispositivos evolucionaron, Microsoft Windows se puso al día y surgió el PDF.
El negocio gráfico perdió muchísimas funciones laborales y negocios en aquellos años, pero el caos creó un montón de oportunidades para nuevos modelos de negocio. La disrupción hizo que los servicios de impresión fueran mucho más accesibles a una gama más amplia de clientes, lo que ayudó a crear todo tipo de nuevas aplicaciones para la impresión. Nadie hablaba entonces de reducciones del impacto medioambiental, pero la mejora de la sostenibilidad era una realidad, tanto para el medio ambiente como para la industria.
Hoy nos planteamos alcanzar objetivos medioambientales concretos mediante la mejora de los procesos y la gestión empresarial. La tecnología de preimpresión digital proporciona una base sólida para optimizar el impacto medioambiental de la producción de medios impresos. Para las empresas de éxito, las conversaciones versan ahora más sobre cómo la organización puede mejorar su eficiencia medioambiental, que sobre cómo pueden mejorarse los sistemas de producción.
Por tanto, para alcanzar el objetivo de cero en 2050, cero residuos en los vertederos y cero emisiones, es necesario establecer una conexión entre los objetivos y las acciones necesarias para conseguirlos. Se necesita una conversación en toda la cadena de suministro de los medios impresos para elaborar un plan que altere el pensamiento perezoso y sitúe la sostenibilidad medioambiental en el centro de la organización.