
Martin Bailey, Director Técnico de Global Graphics Software, habla de algunos retos de la impresión por chorro de tinta sobre textiles, que difiere de la serigrafía.
Martin Bailey muestra cómo los impresores pueden uniformizar los colores y mantener contentos a los compradores. La impresión digital resulta cada vez más atractiva en muchos sectores textiles, gracias a su flexibilidad integral y sus ventajas económicas: desde la impresión directa sobre prenda (DTG) hasta la ropa deportiva, la moda, la decoración, la señalización blanda y el rollo a granel. Sus ventajas son claras: plazos de entrega más rápidos, menos productos químicos, agua, almacenamiento y transporte, y ninguna limitación en el número de colores o el diseño.
Sin embargo, los retos a los que se enfrentan los impresores en materia de calidad, especialmente en torno a la variación de tonos y colores, son comunes a todos estos subsectores. ¿Cómo conseguir uniformidad en toda una barra de impresión y mejorar tu confianza en que te pagarán por tu trabajo?
Este problema no es nada nuevo: incluso con tejidos teñidos o serigrafiados, las variaciones en el tinte y los problemas con la maquinaria, el tiempo, los operarios, la temperatura, etc., pueden provocar variaciones de tono, complicando mucho el trabajo posterior a la impresión. Pero la variación de tono en la impresión digital suele ser mucho más acusada y se manifiesta en un área mucho menor.
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