
Regina Wilhelm, responsable de Sostenibilidad y Gestión Medioambiental de Brother At Your Side, reitera la importancia de que las empresas de impresión sigan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Hablemos de sostenibilidad – ¿Pero por qué?
La sostenibilidad es una de las palabras de moda de nuestro tiempo: todo el mundo habla de ella, pero ¿sabe todo el mundo qué es exactamente? El término sostenibilidad no tiene una definición oficial, lo que puede ser una de las razones de su uso inflacionario en estos días. No obstante, merece la pena explorar el término. El concepto de sostenibilidad explora la relación entre desarrollo económico, calidad medioambiental y equidad social.
Este concepto ha ido evolucionando desde 1972, cuando la comunidad internacional exploró por primera vez la conexión entre la calidad de vida y la calidad medioambiental en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo. En 1987, el término «desarrollo sostenible» llegó al debate y se define como «el desarrollo que satisface las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades»(Brundtland G.H., 1987). A partir de entonces, la atención se centró en el equilibrio de las necesidades económicas y sociales de las personas en relación con la capacidad regenerativa del entorno natural.
Una afirmación honesta, pero quizá drástica, es: la mayoría de nuestras prácticas económicas actuales tienen consecuencias bastante devastadoras para los fundamentos naturales de la vida. Al decir esto, también quería decir que nuestros estilos de vida actuales socavan la prosperidad de las generaciones futuras. Todo ello en contra de los objetivos del desarrollo sostenible antes mencionados. Algunos ejemplos de esta evolución son la deforestación a gran escala, la sobrepesca de los océanos y la pérdida de tierras fértiles cultivables, que demuestran que estamos muy lejos de un equilibrio entre los tres elementos de las necesidades sociales y económicas de las personas y la capacidad regenerativa del medio ambiente. Esto es aún peor si se tiene en cuenta que sólo los costes derivados del cambio climático y la pérdida de biodiversidad podrían ascender a alrededor de una cuarta parte del producto nacional bruto mundial en 2050(Umwelt Bundesamt, 2023).
Este desequilibrio se hace aún más evidente cuando se examina el concepto del «Día del Sobregiro de la Tierra», que determina cada año el grupo de reflexión Global Footprint Network. El Día del Sobregiro de la Tierra marca la fecha en que la humanidad ha agotado el «presupuesto de la naturaleza» para el año1. La huella ecológica de la humanidad y la biocapacidad de la Tierra se han desviado hasta el punto de que los recursos de nuestro planeta ahora sólo nos duran hasta finales de julio. Esto significa que la humanidad agota los recursos renovables de la naturaleza en poco más de medio año, dejándonos en déficit ecológico el resto del año. En consecuencia, el estilo de vida humano requiere recursos naturales de 1,75 mundos en lugar del disponible.
En consecuencia, debería quedar claro que un enfoque de «seguir como hasta ahora», en el que los países industrializados mantienen sus economías intensivas en recursos y los países en desarrollo y emergentes adoptan estas economías, no es un camino viable. Por tanto, es necesaria una transición hacia la sostenibilidad que actúe dentro de unos guardarraíles ecológicos y preserve el capital natural. Las prácticas sostenibles deben combinar positivamente la ecología y la economía y aumentar así el bienestar social. El objetivo general es una economía que esté en armonía con los elementos sociales y medioambientales.
Comprensiblemente, esto puede sonar demasiado altruista para la comunidad empresarial, PERO: detrás de todo esto no sólo está el deseo de hacer algo bueno, sino más bien asegurar la propia existencia continuada -y los esfuerzos hacia intereses económicos tangibles, como asegurar la calidad de vida y, por tanto, la ubicación, o simplemente el favor de los clientes. En consecuencia, esto también significa que la protección medioambiental y el desarrollo económico no son opuestos, sino mutuamente dependientes. De ahí que debamos actuar según el lema «paga ahora, benefíciate después» o «planifica para mañana, para que sigas existiendo pasado mañana». El razonamiento que subyace a todo esto es que será extremadamente difícil y/o caro satisfacer las crecientes demandas de sostenibilidad de gobiernos, clientes u otras partes interesadas si se empieza tarde. Por supuesto, el «vivir al tuntún» en general ha surgido de nuestro sistema capitalista, que es defectuoso, pero el mejor sistema que tenemos a mano.
Por citar un ejemplo en el sector empresarial de cómo las empresas pueden hacerlo mejor comprometiéndose en auténticos esfuerzos de sostenibilidad, está la marca de artículos para actividades al aire libre Patagonia. Aunque se trata de una entidad con ánimo de lucro, está comprometida con la protección del medio ambiente mediante, por ejemplo, su Impuesto de la Tierra, por el que destina el 1% de sus ingresos a proyectos ecológicos ya desde 1985; su recién creado Home Planet Fund, que debería actuar como «brazo activista» de Patagonia; su concentración en el uso de fibras recicladas y algodón ecológico como uno de los primeros de su sector desde mediados de los noventa -hoy en día, el 85% de las fibras sintéticas de Patagonia son recicladas y, por ello, la empresa afirma que no se utilizará nuevo petróleo fósil en sus productos hasta 2025-. Para prolongar el ciclo de vida de sus productos, Patagonia estableció el mayor servicio de reparaciones de Norteamérica y abrió otro en Ámsterdam. Con el mismo razonamiento, la marca se dedica a la recompra y venta de sus productos en una plataforma de segunda mano.
Mientras que otras empresas prometen la neutralidad climática mediante la compensación de CO2 utilizando proyectos de reforestación, Patagonia pretende comprometerse en la reducción de emisiones dentro de sus propias operaciones empresariales. En este sentido, Patagonia pone el foco en su producción material, que representa más del 87% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Otro aspecto crucial del camino hacia una mayor sostenibilidad es la transparencia. Patagonia adopta un enfoque transparente y honesto: la empresa había previsto anteriormente alcanzar la neutralidad climática en 2025, pero tuvo que posponer este objetivo a 2040. Aunque esto puede considerarse un paso atrás, sus acciones pueden estar respaldadas por un esfuerzo real, como se ha indicado anteriormente, así como por reacciones transparentes al admitir que, con su primer objetivo fijado, apuntaron demasiado alto al principio.
Después de leer esto, cabe preguntarse cómo está funcionando económicamente esta empresa. La empresa factura 1.500 millones de dólares estadounidenses y emplea a unas 3.300 personas. Mientras otras empresas de actividades al aire libre tropiezan o crecen mucho más lentamente, Patagonia parece inmune a las crisis económicas. Patagonia es una marca de ropa de exterior concienciada con el medio ambiente, no sólo por su uso de tejidos reciclados, sino también por los distintos programas que ha puesto en marcha para reducir su impacto medioambiental.
De ahí que, como entidad empresarial, Patagonia haga un verdadero esfuerzo y combine su compromiso con el negocio principal en lugar de comprarse a sí misma, por ejemplo, proyectos de reforestación. El mercado les da la razón: Patagonia es una de las marcas de actividades al aire libre más fuertes en la actualidad y ya lo es desde hace tiempo. Es una forma diferente y responsable de dar ejemplo para que las empresas tomen conciencia de su responsabilidad en un sistema capitalista.
Tras sentar las bases con una historia de sostenibilidad de éxito, pasemos al sector de la impresión y a un importante marco de sostenibilidad, la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¿una brújula para la acción sostenible en el negocio de la impresión?
Una forma de organizar nuestras actividades para que sean más sostenibles es tener en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En 2015, la comunidad internacional aprobó la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que son un plan para las personas, el planeta y la prosperidad en 2030, así como un símbolo de los objetivos que persiguen las personas de todo el mundo para lograr un futuro mejor. En general, los 17 objetivos pueden describirse como un llamamiento urgente a la acción de todos los países -desarrollados y en desarrollo- en una asociación mundial. Reconocen que acabar con la pobreza y otras privaciones debe ir acompañado de estrategias que mejoren la salud y la educación, disminuyan la desigualdad y estimulen el crecimiento económico, todo ello al tiempo que se lucha contra el cambio climático y se participa en la preservación de nuestros océanos y bosques. El principio que subyace a esta agenda de objetivos interconectados se basa en el entendimiento de que la sostenibilidad real sólo puede hacerse realidad cuando las preocupaciones económicas, sociales y medioambientales se tratan con la misma importancia y cuando todos los actores principales, es decir, los gobiernos, la sociedad civil, el sector empresarial y el público están representados en ese proceso.
Una vez dicho esto, vamos a centrarnos en cómo se pueden relacionar los ODS con el negocio de la impresión. Para ello, este blog se centrará en el ODS 12 sobre Consumo y Producción Responsables y sus subobjetivos, ya que este ODS es uno de los más cruciales, si no el que más, para la comunidad empresarial. Se reconoce que los cambios fundamentales en la forma en que las sociedades producen y consumen son fundamentales para lograr el desarrollo sostenible global.
ODS 12: Consumo y producción responsables
El tema del consumo y la producción responsables ha adquirido cada vez más importancia en nuestra vida cotidiana. En el mundo globalizado de hoy, la gente compra diversos bienes de consumo que se han producido parcial o totalmente en distintos países del mundo. Junto con la importancia del progreso económico y la prosperidad, el consumo de distintos bienes de consumo satisface las necesidades humanas de alimentación, vivienda, movilidad y entretenimiento, y nos permite llevar un estilo de vida individualizado. Así, el consumo y la producción han permitido el florecimiento de las sociedades y las economías. Sin embargo, nuestras pautas de consumo y producción imperantes conllevan un uso inmenso de energía y recursos naturales y tienen efectos reales a largo plazo sobre las personas y el medio ambiente. Por lo tanto, la eficiencia de los recursos y la sostenibilidad deberían ser la práctica normativa tanto para la producción económica como para el estilo de vida de los consumidores. Para que nuestros modelos de producción y consumo sean más responsables, debe seguirse el concepto del ciclo de vida. Los productos deben considerarse desde la «cuna a la tumba», por lo que debe considerarse (mejor) la responsabilidad de cada fase del ciclo de vida del producto, como la extracción de recursos, la producción, la distribución, el uso, la eliminación de residuos y la reutilización.
El ODS 12 consta de otras 11 metas y 13 indicadores que se han desarrollado principalmente para el contexto gubernamental del país, pero que también pueden aplicarse a la práctica empresarial. La tabla siguiente enumera los subobjetivos e indicadores que también pueden aplicarse en el contexto de la industria gráfica.
Cuadro 1: ODS 12: Subobjetivos e indicadores seleccionados
Subobjetivos | Indicadores |
Meta 12.1: Aplicar el marco decenal de consumo y producción sostenibles | Planes de acción de consumo y producción sostenibles (por ejemplo, objetivos a corto, medio y largo plazo) |
Meta 12.2: Gestión y uso sostenibles de los recursos naturales | Huella material; cantidad de material consumido
(por ejemplo, durante la fabricación, pero también en el uso del material de embalaje) |
Meta 12.4: Gestión responsable de productos químicos y residuos | Generación de residuos peligrosos
(por ejemplo, en el contexto de las tintas y otros líquidos) |
Objetivo 12.5: Reducir sustancialmente la generación de residuos | Tasas de reciclaje
(por ejemplo, durante el proceso de fabricación, pero también aplicable a muchas otras fases) |
Meta 12.6: Animar a las empresas a adoptar prácticas sostenibles e informes de sostenibilidad | Empresas que publican informes de sostenibilidad
(cumpliendo así, por ejemplo, los requisitos de GRI o CSRD y revelando los datos de sostenibilidad de forma transparente y absteniéndose del lavado verde) |
Meta 12.7: Promover prácticas de contratación sostenible | Planes de adquisición sostenible a nivel de empresa (relacionados con una cadena de valor más responsable) |
Meta 12.8: Promover la comprensión de estilos de vida sostenibles |
Grado de concienciación sobre estilos de vida sostenibles (por ejemplo, mediante la formación de los empleados) |
Meta 12.A: Apoyar la capacidad científica y tecnológica de los países en desarrollo para el consumo y la producción sostenibles |
importe de la ayuda a los países en desarrollo en materia de investigación y desarrollo para un consumo y una producción sostenibles y tecnologías respetuosas con el medio ambiente |
Fuente: SDG Tracker(https://sdg-tracker.org/sustainable-consumption-production)
Uno de los subobjetivos es especialmente adecuado para el negocio de la impresión y, por tanto, vamos a centrarnos en el subobjetivo 12.4 de gestión responsable de productos químicos y residuos. En este contexto, hay que decir que algunos métodos tradicionales de impresión utilizan productos químicos agresivos, como la lejía y el formaldehído, que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente y para quienes trabajan con ellos. Dados los problemas mundiales del agua, sobre todo su escasez y contaminación, puede considerarse que el negocio de la impresión tiene un impacto potencialmente considerable en la disponibilidad y calidad globales del agua. En particular, los métodos tradicionales de impresión tienen un inmenso consumo de agua, así como un elevado vertido de efluentes en el proceso de impresión. Las sustancias químicas presentes en las aguas residuales pueden afectar al ecosistema local o a las personas que utilizan el agua para pescar, lavar o incluso beber. En este contexto, también merece la pena mencionar que la industria textil y de la confección es responsable de alrededor del 20% del consumo industrial mundial de agua, y es aquí también donde está conectada la industria de la impresión.
A este respecto, puede mencionarse brevemente la conexión con otros ODS, concretamente con el ODS 6 sobre Agua y Saneamiento y, en parte, con el ODS 14 sobre la Vida por debajo del Agua. Se puede hacer especial hincapié en esta conexión, ya que algunos métodos tradicionales de impresión textil a menudo implican el uso de productos químicos que pueden ser perjudiciales para la calidad del agua, así como para la vida marina, cuando entran en el suministro de agua. Puedes encontrar un resumen más detallado de los subobjetivos e indicadores para estos dos objetivos aquí y aquí. Dado que estos productos químicos agresivos podrían llegar a los ríos u otras fuentes de agua si no se eliminan correctamente, pueden incluso dañar a plantas y animales y entrar potencialmente en la cadena alimentaria, así como perjudicar al operador si no se manipulan con cuidado. Dicho esto, estos impactos también pueden relacionarse con el ODS 3 sobre Buena Salud y Bienestar.
En comparación con estos impactos potenciales del negocio de la impresión sobre el medio ambiente, la impresión textil digital representa un método de impresión más sostenible. A diferencia de los métodos de impresión tradicionales, la impresión textil digital no requiere cantidades excesivas de agua para, por ejemplo, limpiar las pantallas y otros equipos. Además, la impresión textil digital utiliza tintas a base de agua que no contienen sustancias químicas nocivas, lo que la convierte en una opción más segura y respetuosa con el medio ambiente. Por tanto, si nos centramos en los productos químicos y los residuos, como en el subobjetivo 12.4, la impresión textil digital es una opción más sostenible que los métodos de impresión tradicionales. Al adoptar métodos de impresión más sostenibles, la industria de la impresión puede contribuir al ODS 12, así como ayudar a reducir el impacto medioambiental de la industria textil.
Es importante reconocer un punto de vista diferente sobre los ODS y su conexión con el sector privado, en general. El marco de los ODS ha sido reflexionado por la comunidad mundial y defiende cuestiones actuales y significativas. En otras palabras, estos 17 objetivos han sido seleccionados por la razón. Esto nos lleva a un hecho a veces olvidado: además del impacto de las empresas en el medio ambiente, el medio ambiente también puede influir en las empresas. Es la llamada relación dentro-fuera y fuera-dentro. Con la continuación del cambio climático, se espera que los impactos medioambientales sean cada vez más amplios, y las empresas tendrán que adaptarse y hacerse resistentes a los riesgos medioambientales.
A este respecto, exploremos un poco más el tema del agua. Cabría preguntarse: ¿Qué hay para el sector empresarial cuando se considera la propia relación con el agua, por ejemplo, el consumo de agua y la contaminación? La respuesta es que existen riesgos relacionados con el agua que pueden influir en el sector empresarial: por ejemplo, la escasez de agua y un posible umbral en su uso, así como el aumento de la probabilidad de inundaciones debido al cambio climático. Obviamente, puede considerarse que estos riesgos tienen un gran impacto en la producción industrial, entre otras cosas. Con este ejemplo se pretende demostrar que la protección del medio ambiente y los intereses económicos no son necesariamente contrapuestos. Más bien, un comportamiento respetuoso con el medio ambiente apoya los contextos medioambientales en los que se garantizará la propia existencia continuada. Una forma de encontrar una brújula para tal acción es la Agenda 2030 y sus ODS. Por tanto, los ODS no son sólo un llamamiento a la acción, sino que también representan instrumentos de actuación hacia una mayor sostenibilidad de la que, al fin y al cabo, se beneficiará el propio sector empresarial.