Nessan Cleary habla de las distintas formas en que puedes mejorar tu mantenimiento y cómo esto puede reducir el tiempo de inactividad de tu máquina. Destaca la importancia de tener un contrato de mantenimiento.

Cada nuevo equipo viene acompañado de un anuncio sobre lo fácil que es de usar y lo intuitivos que son sus controles y cuántos procesos se han automatizado. Pero la realidad es que la impresión en gran formato es un proceso industrial y cada equipo es en sí mismo una compleja mezcla de componentes y subconjuntos que deben funcionar y mantenerse de una manera determinada.

Es más, todo este equipo es caro y sólo se gana el sustento cuando está en funcionamiento. Así que tiene sentido desde el punto de vista empresarial prestar especial atención al mantenimiento, para evitar cualquier tiempo de inactividad imprevisto y mantener esas máquinas en funcionamiento.

Además de esto, la mejor forma de evitar problemas con una impresora de inyección de tinta es mantenerla en funcionamiento. El flujo constante de tinta a través de los cabezales de impresión ayuda a eliminar cualquier obstrucción y evita el riesgo de que la tinta se seque en la placa de boquillas y pueda obstruirlas. Dicho esto, tendrás que prestar atención a aquellos canales, como los de tinta blanca o barniz transparente, que no se utilicen con tanta frecuencia como otros. Muchas impresoras incluyen recirculación en sus cabezales de tinta blanca, lo que reducirá considerablemente el riesgo de obstrucciones, pero aun así tendrás que realizar un mantenimiento rutinario.

Por lo demás, el punto de partida para tener un régimen de mantenimiento adecuado es la formación del personal, que a veces se considera una carga en términos de tiempo y dinero. Pero tu personal trabaja directamente con la maquinaria, así que invertir en su desarrollo profesional es la mejor forma de proteger tus inversiones de capital. Programa un tiempo dentro de cada turno para dedicarlo al mantenimiento, y asegúrate de que el personal lleva un registro regular de lo que hace para que puedas comprobar si hay algún problema.

El aspecto más importante del mantenimiento es la limpieza, desde los cabezales de impresión hasta el suelo de tu espacio de producción. Mantener limpio el suelo del taller evitará que el polvo cause problemas, además de limitar la posibilidad de accidentes y lesiones. Puede merecer la pena invertir en cubiertas antipolvo para cualquier equipo que no se utilice con regularidad.

Cuando se trata de impresoras, el mayor riesgo son las obstrucciones de los inyectores, que podrían obligarte a sustituir los caros cabezales de impresión. Los cabezales de impresión piezoeléctricos deberían durar varios años, pero la clave es mantenerlos limpios. Muchas de las impresoras más caras y de mayor volumen pueden ejecutar rutinas de limpieza automatizadas, pero aun así deben inspeccionarse rutinariamente para obtener el mejor rendimiento. También es una buena idea imprimir periódicamente gráficos de prueba y asegurarse de que todos los inyectores están disparando y de que todos los colores siguen dentro de las tolerancias, ya que esto también te alertará de cualquier problema potencial.

En la mayoría de los casos, tendrás que limpiar manualmente los cabezales de impresión, lo que significa limpiar físicamente el exceso de tinta de las placas de boquillas, teniendo cuidado de no tocar físicamente la placa de boquillas. La frecuencia variará de una impresora a otra, pero una buena regla general es limpiar los cabezales al principio y al final de cada día o entre los cambios de turno. Y, por supuesto, tendrás que utilizar los materiales adecuados y mantener una buena reserva de toallitas sin pelusa y de los líquidos de limpieza apropiados.

Además de los cabezales de impresión, también debes inspeccionar y limpiar la zona alrededor del carro de impresión para evitar que se acumule tinta o suciedad. No olvides comprobar los raíles guía y los cojinetes, así como la alimentación del material, para detectar cualquier acumulación de suciedad que pueda interferir en el funcionamiento de la impresora, y mantener las piezas móviles correctamente lubricadas.

Mientras la impresora esté en garantía, debes utilizar la tinta del propio fabricante para no anular la garantía ni los contratos de mantenimiento o seguros que tengas para esa máquina. Existen numerosas tintas de terceros, sobre todo para impresoras solventes, de látex y textiles. Naturalmente, los fabricantes aconsejan utilizar sus propias tintas, y sin duda es lo más seguro, ya que la tinta se ha diseñado para funcionar con esa impresora. Sin embargo, puede haber un argumento económico para utilizar tintas de terceros con una impresora antigua, aunque debes comprobar cuidadosamente la compatibilidad de esas tintas con tu impresora concreta. Sea cual sea la tinta que utilices, comprueba las condiciones de almacenamiento recomendadas y no utilices nada que supere su fecha de caducidad.

En general, las impresoras de inyección de tinta son las que requieren más atención, pero no olvides el resto de tu equipo. Todo se beneficiará de una buena limpieza y de seguir cuidadosamente las recomendaciones de mantenimiento del fabricante. También debes comprobar el utillaje asociado, para asegurarte, por ejemplo, de que las cuchillas de corte siguen lo bastante afiladas para producir cortes limpios. Debes prestar especial atención a cualquier equipo de corte que suponga un riesgo evidente para la salud y la seguridad del personal.

Además del hardware, también tendrás que mantener el software. Como mínimo, debes asegurarte de que todo el software está totalmente actualizado, desde los sistemas operativos hasta los controladores de impresora, y de que se han aplicado todos los parches de seguridad. No olvides comprobar que las nuevas versiones de software sean compatibles con otros programas o equipos que estés utilizando.

En el mundo conectado de hoy en día es igual de importante mantener todo tu software.

©Nessan Cleary

Además del equipo, también debes mantener el edificio en buen estado. Un tejado con goteras provocará daños por la lluvia, mientras que un suelo débil puede afectar a la calidad de impresión si la impresora vibra mientras se mueve el carro del cabezal. Lo ideal es que la temperatura y la humedad alrededor de las impresoras sean razonablemente estables, ya que las variaciones repentinas podrían afectar al resultado, sobre todo a los colores.

Los productos químicos deben almacenarse de forma segura y el sistema eléctrico del edificio debe revisarse periódicamente. Es una buena idea instalar protectores contra sobretensiones en todos los equipos para evitar que los picos de tensión repentinos dañen sus circuitos eléctricos, pero tendrás que asegurarte periódicamente de que los propios protectores contra sobretensiones siguen funcionando.

Por último, necesitarás un contrato de mantenimiento para casi todos los equipos que utilices. Este contrato debe contener todos los detalles de lo que eres responsable y de lo que hará tu agente de mantenimiento, además de los costes y el calendario. Puedes reducir el coste de este mantenimiento, y reducir las llamadas de emergencia, mediante buenos procesos de mantenimiento, que cubrirán con creces el tiempo y el coste de realizar este esfuerzo.

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