La industria de la moda se enfrenta al aumento de los costes laborales, la escasez de mano de obra cualificada y los problemas medioambientales, por lo que exige soluciones sostenibles, locales e impulsadas por la tecnología. Silana, dirigida por Michael Mayr, pretende revolucionar la producción de prendas de vestir con robótica avanzada, abordando los residuos, la eficiencia y la transparencia. Proyectos piloto en Austria y Alemania demuestran el potencial de la costura automatizada para remodelar el futuro de la confección y, potencialmente, de otras industrias.
La industria de la moda, dependiente durante mucho tiempo de las prácticas tradicionales, ha llegado a un momento crucial. Los costes laborales están subiendo, los trabajadores cualificados son cada vez más escasos y el coste medioambiental de la sobreproducción ya no es justificable.
Como Embajador Textil de FESPA, mis conversaciones con muchos líderes del sector ponen continuamente de relieve un tema rotundo: el futuro de la moda impresa debe ser sostenible, local y tecnológicamente avanzado.
En Silana, la empresa cofundada por Michael Mayr, han emprendido la ambiciosa misión de revolucionar la producción de prendas de vestir con robótica avanzada. Su objetivo es a la vez audaz y necesario: reimaginar la forma en que se confecciona la ropa, abordando al mismo tiempo los antiguos retos que han asolado la industria durante décadas. En nuestra entrevista (escúchala aquí), Michael comparte sus conocimientos e información privilegiada (su familia es propietaria de uno de los mayores minoristas de ropa de Europa). Michael está decidido a cambiar el panorama de la fabricación por costura, y con una licenciatura en ingeniería y la moda en su ADN, está perfectamente situado para hacer posible el cambio automatizando la producción por costura.
Los acuciantes retos de la industria de la moda
El mundo de la moda siempre ha tenido un ritmo acelerado, pero la mecánica que lo sustenta ha seguido siendo en gran medida tradicional. La externalización de la producción a países de Extremo Oriente, considerada durante mucho tiempo la columna vertebral de la fabricación rentable, está siendo objeto de escrutinio. La escasez de mano de obra, el aumento de los salarios y el impacto medioambiental de la producción en masa están obligando a las empresas a replantearse sus cadenas de suministro.
Los consumidores y las normativas también están impulsando un cambio. El comprador de hoy exige cada vez más transparencia, prácticas laborales éticas y sostenibilidad. Las normativas también se están endureciendo, responsabilizando a las empresas de los residuos, el exceso de producción y la transparencia de la cadena de suministro.
Estos retos crean una oportunidad apasionante para la innovación. En el centro de esta transformación se encuentra un término que sigue apareciendo en todas las conversaciones que mantengo con expertos del sector: deslocalización.
La deslocalización cercana, simplificada
El nearshoring consiste en acercar la producción de prendas de vestir al mercado de consumo. Esto acelera los ciclos de tendencias y reduce las emisiones del transporte marítimo. Sin embargo, conlleva su propio conjunto de obstáculos, como la falta de capacidad en los mercados cercanos y el aumento de los costes laborales. Para que el nearshoring funcionara, algo tenía que cambiar. Aparecen los sistemas de costura robotizados.
Innovaciones en costura robotizada
Ser pioneros en la costura automatizada ha sido el objetivo principal de Silana. La costura, a diferencia de otras partes de la producción de prendas, se ha resistido tradicionalmente a la automatización debido a la variabilidad y complejidad de la manipulación de los tejidos. Sin embargo, con el uso estratégico de la IA y las tecnologías de visión por ordenador, Silana ha desarrollado sistemas robóticos capaces de reproducir con precisión los procesos de costura manual con una consistencia increíble.
Esta innovación no sólo aborda la escasez de mano de obra que azota a la industria, sino que también desbloquea múltiples beneficios, entre ellos:
- Reducción significativa de los residuos: La automatización elimina la sobreproducción al ajustar la oferta a la demanda. Esto significa menos prendas sin vender que van a parar a los vertederos.
- Mayor eficacia: La costura robotizada permite ciclos de producción más rápidos, lo que facilita a las marcas responder rápidamente a las tendencias sin exceso de existencias.
- Mayor sostenibilidad: Los procesos de fabricación automatizados utilizan menos recursos y mejoran la eficiencia energética, apoyando los objetivos medioambientales.
- Transparencia: Los sistemas de visión por ordenador rastrean cada paso, proporcionando a las marcas control y trazabilidad de la cadena de suministro.
Sus proyectos piloto con Loffler, en Austria, y Trigima, un fabricante de ropa de Alemania, son excelentes ejemplos de estas ventajas en acción. Empezando modestamente con camisetas, Silana está entrenando la tecnología para perfeccionar su manejo de una de las prendas más sencillas, pero más producidas, preparando el terreno para la expansión a categorías más complejas como la ropa exterior.
El papel de la regulación y la demanda de los consumidores
La normativa mundial obliga a las marcas de moda a dar prioridad a las prácticas sostenibles y a la trazabilidad. Este mayor escrutinio se alinea perfectamente con lo que puede ofrecer la costura robotizada. En Silana, ven sus sistemas no sólo como herramientas de producción, sino como facilitadores del cumplimiento de las normas emergentes.
Simultáneamente, el sentimiento de los consumidores está evolucionando. La gente favorece ahora las marcas que adoptan prácticas éticas, reducen los residuos y garantizan métodos de producción sostenibles. La costura robotizada permite a las marcas satisfacer estas expectativas sin dejar de ser competitivas en un mercado sensible a los costes.
Más allá de la moda
Curiosamente, las aplicaciones de la manipulación textil robotizada no se limitan a la moda. Las industrias de la automoción y la aviación se enfrentan a retos similares con la precisión de los tejidos y materiales. En Silana ya están explorando cómo nuestra tecnología podría extenderse a estos campos, creando posibilidades de gran alcance más allá de sus raíces en la confección.
Una visión de futuro
En última instancia, la misión de Silana es impulsar el cambio en toda la industria. Prevén deslocalizar la producción, reducir la dependencia de prácticas laborales explotadoras y producir unos mil millones de prendas al año mediante sistemas automatizados.
Su enfoque se basa en resolver los retos de forma gradual pero eficaz, empezando con prendas sencillas, probando la tecnología y luego ampliándola para revolucionar categorías de ropa más amplias.
La convergencia de las presiones normativas, la demanda de los consumidores y los avances tecnológicos ha creado la tormenta perfecta para la transformación de la industria de la moda. Las empresas que actúen ahora para innovar y adaptarse no sólo sobrevivirán, sino que prosperarán en esta nueva era de producción consciente.
Sobre Michael Mayr
Michael Mayr es cofundador de Silana, una empresa de robótica avanzada especializada en automatización para la industria de la confección. Criado en una familia de minoristas de moda austriacos, Michael combina un profundo conocimiento de la industria con la innovación tecnológica para abordar los retos globales a los que se enfrenta la producción de moda hoy en día.