
Laurel Brunner habla sobre el Reglamento de la Unión Europea sobre diseño ecológico de productos sostenibles y sobre la importancia de que los impresores lo conozcan y contribuya a la planificación empresarial.
¿Qué significa para ti el Reglamento de la Unión Europea (UE) sobre diseño ecológico de productos sostenibles? Probablemente tu respuesta sea: no mucho, pero eso podría ser un error incluso si tu empresa no tiene su sede en la UE.
Gran parte de la producción de la industria gráfica son trabajos colaterales para bienes y servicios. Folletos, prospectos, instrucciones de uso, minicatálogos y similares son el pan de cada día para el impresor. El material puede imprimirse con distintos métodos de impresión y en tiradas de uno a varios miles de ejemplares. Los métodos de impresión utilizados van desde la impresión digital y offset hasta la flexografía y el huecograbado, según los requisitos del cliente. Hasta aquí todo sensato, pero los fabricantes de bienes y los proveedores de servicios a los mercados de la UE tienen que cumplir unas nuevas normas complicadas. Compradores de impresión todos, estas organizaciones están ahora obligadas a cumplir el ESPR de la UE; los proveedores de servicios de impresión deben conocer el reglamento y cómo afecta a sus clientes. El reglamento crea nuevos requisitos de comunicación y responsabilidad, por lo que el ESPR puede crear oportunidades adicionales para las empresas de impresión.
El objetivo del ESPR es crear un marco para los productos sostenibles en la Unión Europea. El reglamento describe los requisitos de diseño ecológico de distintos grupos de productos, desde cosméticos a juguetes, con el objetivo de que los productos sostenibles sean la norma. El ESPR se sitúa en el centro del Green Deal de la UE, un conjunto de políticas cuyo objetivo es que la UE sea neutra en carbono para 2050. La UE está gastando más de 1 billón de euros para aplicar este complejo plan de economía circular, que incluye la Iniciativa de Productos Sostenibles y el ESPR. Este ambicioso plan establece la norma mundial para las iniciativas de economía circular.
Según el ESPR, un producto sostenible tendrá determinadas características en comparación con otros productos. Por ejemplo, el producto utiliza menos energía en su fabricación y en su uso, dura más y puede repararse fácilmente. En comparación con otros equivalentes, sus piezas pueden desmontarse fácilmente y utilizarse de nuevo; el producto incluye menos sustancias preocupantes, tiene una menor huella de carbono y medioambiental a lo largo de su ciclo de vida, contiene más contenido reciclado y puede reciclarse fácilmente.
Cumplir la normativa será, como mínimo, complicado, pero los proveedores de bienes y servicios tendrán que poder demostrar que la cumplen. Los impresores pueden ayudar a sus clientes con esto, pero hacerlo también será complicado. Identificar a los clientes, incluidos los que operan en distintas zonas geográficas, que quieran comunicar el cumplimiento a los clientes es probablemente el primer paso. Los impresores que puedan demostrar que conocen la nueva normativa tendrán una ventaja competitiva sobre los que no tengan ni idea.
Los requisitos del ESPR tardarán un tiempo en llegar a los proveedores de servicios de impresión, pero saber de antemano que va a llegar será una ayuda para la planificación empresarial. Y nueve décimas partes de todo es preparación.
Crédito de la imagen de portada: Esta imagen fue creada por Ecochain para su blog de información general sobre ESPR 2024, que puedes encontrar aquí.