Laurel Brunner analiza las políticas medioambientales de la UE para apoyar un marco comercial internacional que rija las prácticas empresariales y los procesos de gestión de la cadena de suministro.

Sentado aquí, en medio del caos del Brexit, es muy fácil deprimirse también por la lentitud de la mitigación del impacto medioambiental en la industria gráfica. Afortunadamente, la creciente pesadumbre del caos del Brexit importa poco más allá del Reino Unido, tal es la pequeñez de nuestras contribuciones en el contexto más amplio. Y la noticia aún mejor es que el resto del mundo en general y Europa en particular pueden seguir y seguirán con la nueva normalidad. Y esto incluye un perfil más alto y más orientaciones para la gestión del impacto medioambiental.

Para la industria de la impresión y la edición, las políticas medioambientales de la Unión Europea (UE) respaldan un marco comercial internacional que rige las prácticas empresariales y los procesos de gestión de la cadena de suministro. Tras casi cincuenta años de trabajo, las empresas siguen directrices y requisitos apenas visibles para apoyar la gestión del impacto medioambiental.

Directivas como la de Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias y Preparados Químicos (REACH) y la de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. (RAEE) condicionan las decisiones empresariales de todo tipo de la industria gráfica y editorial. Desde las inversiones en nuevas tecnologías hasta el final de la vida útil de los productos y la gestión de residuos, las normas reflejan las realidades locales, así como los intereses de toda la UE, porque los Estados miembros han contribuido a redactarlas.

En el último recuento, la legislación medioambiental de la UE cuenta con más de 500 directivas, normas y reglamentos. Cada vez más, la política sobre el cambio climático y la mitigación del impacto ambiental son una consideración para la elaboración de políticas más amplias. La Unidad de Política Medioambiental de la UE ha publicado recientemente una comunicación para proteger y mejorar la salud de los bosques, que debería ser de especial interés para la industria gráfica. Los objetivos incluyen fomentar el apoyo de la UE a los productos procedentes de bosques gestionados de forma sostenible y colaborar con propietarios forestales de todo el mundo. La restauración forestal forma parte del acuerdo, al igual que la cooperación internacional para detener la deforestación y la degradación forestal. También se destinarán fondos a prácticas más sostenibles de uso de la tierra, incluida la replantación. Es poco probable que esto haga bajar los precios del papel a corto plazo, pero a largo plazo podría reforzar las credenciales de sostenibilidad de la impresión, tanto medioambientales como comerciales.

Las contribuciones de la UE a la mitigación del impacto medioambiental desde principios de los setenta la han convertido en líder mundial. Tras tantos años de esfuerzo en la elaboración de normas medioambientales, la UE tiene una base sólida y la experiencia necesaria para seguir desarrollando iniciativas que contribuyan a la gestión del cambio climático. Aunque la política no siempre va acompañada de una aplicación satisfactoria, debemos alegrarnos de que en general se esté avanzando, sobre todo en las industrias de la impresión y la edición.

Este artículo ha sido elaborado por el Proyecto Verdigris, una iniciativa del sector destinada a concienciar sobre el impacto medioambiental positivo de la impresión. Este comentario semanal ayuda a las empresas de impresión a mantenerse al día de las normas medioambientales y de cómo una gestión empresarial respetuosa con el medio ambiente puede contribuir a mejorar sus resultados. Verdigris cuenta con el apoyo de las siguientes empresas: AgfaGraphics, EFI, Fespa, Fujifilm, HP, Kodak, Ricoh, Spindrift, Splash PR, Unity Publishing y Xeikon.