
Clare Taylor analiza la importancia de la responsabilidad social para las empresas. La sostenibilidad social en el lugar de trabajo se deriva de varias categorías, como los derechos humanos, la esclavitud moderna, la discriminación y otras.
En el último artículo abordé brevemente el pilar social de la sostenibilidad; este artículo profundiza un poco más en la sostenibilidad social centrándose en las personas, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas relacionados que afectan a nuestro sector empresarial.
Tratar bien a las personas puede parecer un tema bastante amorfo y difícil de definir, pero para el lugar de trabajo existe bastante legislación conocida que ayuda a aclararlo. Otros aspectos de la sostenibilidad social incluyen la ética, otro gran tema con su propia legislación y demasiado amplio para incluirlo aquí.
La sostenibilidad social en el lugar de trabajo se divide en varias categorías: derechos humanos, incluida la esclavitud moderna; discriminación, incluidas las cuestiones de género; y bienestar del personal.
Los ODS sociales quizá más estrechamente relacionados con las empresas son el Objetivo 5 para lograr la igualdad de género y el Objetivo 8 para un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, en particular tres de sus metas: La meta 8.5 para lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, e igual salario por trabajo de igual valor; la 8.7 para adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a la esclavitud moderna…; y la 8.8 para proteger los derechos laborales y promover entornos de trabajo seguros y protegidos para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes.
Diversidad
Durante muchos años se ha hablado mucho de la igualdad de género, junto con la igualdad en términos de etnia o raza, religión o discapacidad. Pero más allá de cumplir la ley, una empresa que no aproveche todo el potencial de las personas de que dispone se está perdiendo algo. Hasta la fecha se han realizado muchos estudios por parte de organizaciones globales de consultoría de gestión, instituciones académicas y escuelas de negocios para ver qué vínculos existen entre la diversidad organizativa y el rendimiento financiero, tanto dentro de la dirección como en general, que han concluido que la diversidad tiene resultados positivos. Una conclusión interesante de Harvard Business Review de un estudio realizado en ocho países fue que las empresas con mayor diversidad por sexo, edad, origen nacional, trayectoria profesional, sector y educación mostraban más innovación, y eso impulsaba la mejora de los resultados financieros. Entre las formas de posibilitar la diversidad se incluyen opciones como el trabajo compartido para permitir horarios más flexibles, el trabajo desde casa cuando sea factible y los sistemas de compadreo para crear parejas o equipos que superen las barreras lingüísticas o de otro tipo.
Trabajos forzados
La esclavitud moderna es otro ámbito bien conocido y legislado, pero que puede considerarse no tan problemático dentro de las partes del mundo clasificadas como desarrolladas. Sin embargo, hay un número considerable de personas atrapadas por ella dentro de esas fronteras, así como en las extensas cadenas de suministro que van más allá de ellas. Las estadísticas sólo pueden pintar un cuadro de los casos conocidos, obviamente, y muchos no se denuncian; sin embargo, lo que muestran es un cuadro muy distinto del que se imagina popularmente. En Francia, por ejemplo, se cree que hay más de 135.000 víctimas, y en el Reino Unido hay unas 17.000 según cifras del gobierno o 100.000 según otras cifras de expertos en la lucha contra la esclavitud. El Índice Global de Esclavitud 2023 (GSI) estima que «en un día cualquiera de 2021, había 1,1 millones de personas viviendo en esclavitud moderna en EEUU, lo que supone una prevalencia de 3,3 personas en esclavitud moderna por cada mil personas en el país».
Si nos fijamos en los adultos, hay más hombres que mujeres que acaban siendo víctimas del trabajo forzoso, y la industria de la construcción y la fabricación representan algo más del 40% del trabajo al que se ven obligados. Dentro de la industria manufacturera, la industria de la moda y la confección es uno de los tres sectores de mayor riesgo, tanto para hombres como para mujeres. La madera es otro sector de riesgo.
Además, la ONU calcula que hay 2.000 millones de trabajadores en «empleos informales precarios sin protección social». Piensa en los contratos de cero horas y en los tipos de trabajo clasificados polémicamente como autónomos, pero que no ofrecen las libertades que lo hacen genuino.
Bienestar del personal
La legislación sobre salud y seguridad, incluida la protección contra el estrés y para la salud mental, la prevención contra el acoso laboral y otras medidas para mejorar el bienestar del personal son bien comprendidas. En la medida de lo posible, el trabajo a distancia también es importante para conciliar la vida laboral y personal.
Un elemento más reciente es el «derecho a la desconexión», que se está extendiendo gradualmente, para garantizar que las horas fuera de servicio lo sean de verdad. Ya hay legislación en algunos países, el primero Francia en 2017, y debates en curso en otros, tanto en Europa como fuera de ella, incluida Australia, donde es posible que haya legislación cuando se publique este artículo, y Norteamérica. En Europa, los eurodiputados consideran que «el derecho de los trabajadores a desconectar es vital para proteger su salud física y mental y su bienestar, y para protegerlos de los riesgos psicológicos».
Muchas certificaciones incluyen la sostenibilidad social además de la medioambiental, al igual que los requisitos de SEDEX, la plataforma mundial de Intercambio de Datos Éticos de Proveedores que utilizan muchas grandes marcas para gestionar sus cadenas de suministro. Etiquetas como FSC y PEFC incluyen los derechos de los pueblos indígenas de los bosques, así como de los trabajadores forestales, muchas etiquetas textiles también tienen aspectos sociales y hay certificaciones específicas para la sostenibilidad social, todo lo cual puede ayudar a tomar decisiones más seguras.