
Steve Lister detalla la Directiva sobre Alegaciones Verdes de la UE, que anima a las empresas a ser responsables y disuade del lavado verde. Exige a las empresas que rindan cuentas sobre su sostenibilidad. Steve explica las posibles sanciones por incumplimiento, cómo se reducirá el lavado verde, el impacto en las marcas si no cumplen y las oportunidades para las marcas.
La Directiva de la UE sobre Alegaciones Verdes anuncia una era transformadora para las empresas responsables, combatiendo el «lavado verde» e instigando un cambio de paradigma hacia la auténtica sostenibilidad. Aplicable en general a las empresas que operan en la UE, esta maravilla normativa exige responsabilidad por las afirmaciones medioambientales, excluyendo a los sectores ya sujetos a las normas de marketing ecológico.
En resumen, el quid de la cuestión reside en la fundamentación: las empresas deben validar las afirmaciones con evaluaciones sólidas del ciclo de vida, poniendo fin al uso frívolo de términos como «Eco», «Verde» y prestando más atención a palabras como «neto cero» y «neutro en carbono». La verificación externa garantiza que las declaraciones resistan las auditorías de sostenibilidad, aumentando la credibilidad. Esta directiva no es sólo un palo; es una zanahoria para la integridad de la marca, que reduce los riesgos legales y fomenta una mejor toma de decisiones. Es un faro que nos guía hacia una era en la que «sostenible» es más que una palabra de moda: es una forma de vida.
Sin embargo, ¡es estupendo ver que el Parlamento Europeo da un paso tan audaz en la lucha contra el lavado verde! Esta nueva Directiva sobre Alegaciones Verdes cambia las reglas del juego tanto para los consumidores como para las empresas. Durante demasiado tiempo, las empresas se han salido con la suya haciendo afirmaciones engañosas sobre el impacto medioambiental de sus productos o servicios. Esto ha dificultado que los consumidores tomen decisiones informadas sobre lo que compran. Y a las empresas realmente comprometidas con la sostenibilidad les ha resultado aún más difícil competir.
Veamos con más detalle la Directiva de Reclamaciones Verdes.
La Directiva sobre Alegaciones Verdes pretende acabar con el lavado verde estableciendo normas para las alegaciones medioambientales o de sostenibilidad. La chispa surgió de un estudio de 2020 que mostraba que el 53% de las declaraciones medioambientales en la UE eran vagas o engañosas. Si tu empresa hace afirmaciones como «camiseta fabricada con botellas de plástico recicladas» o «protector solar respetuoso con el océano», tendrás que cumplir unas normas mínimas para respaldarlas.
Así pues, ¿cuándo entra en vigor la Directiva sobre Alegaciones Verdes a nivel de la UE y de los Estados miembros?
La directiva entra en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE. En cuanto a los Estados miembros, tienen 18 meses para poner en marcha leyes y reglamentos, y deben hacer cumplir estas normas 24 meses después de la fecha de entrada en vigor de la directiva. Ten en cuenta estos plazos para cumplir la normativa. He aquí un resumen de las fechas clave más recientes:
- 2023: Creación de la Directiva de la UE sobre «Alegaciones Verdes».
- 9 de noviembre de 2023: Finalizado el examen programado del proyecto de informe
- Verano de 2024: Votación prevista en la comisión mixta.
Sin embargo, debemos señalar que estos plazos y desarrollos están sujetos a cambios, ya que dependen de diversos factores y procesos legislativos.
¿Cuáles son las posibles sanciones por incumplimiento de la Directiva sobre Declaraciones Verdes?
El incumplimiento puede dar lugar a multas de hasta el 4% del volumen de negocios anual en los Estados miembros afectados. Las sanciones adicionales incluyen la confiscación de los ingresos de las transacciones relacionadas y la exclusión de la contratación y financiación públicas durante un máximo de 12 meses.
¿Cómo intentará la Directiva sobre Alegaciones Verdes reducir el «lavado verde»?
La directiva pretende reducir el lavado verde estableciendo normas estrictas de verificación y justificación de las declaraciones medioambientales. Los Estados miembros supervisarán estos procesos, apoyándose en verificadores independientes y acreditados. Por tanto, si tu empresa hace una declaración ecológica, prepárate para respaldarla con pruebas científicas sólidas y ampliamente reconocidas.
Si comparas tu producto con otros, asegúrate de que la comparación es justa y se basa en datos similares. Las puntuaciones agregadas que agrupan varios impactos medioambientales no están permitidas, a menos que se ajusten a las normas de la UE.
En cuanto a las etiquetas, los sistemas a nivel de la UE son la norma de oro. Los nuevos sistemas públicos de etiquetado deben ser a nivel de la UE, y los nuevos sistemas privados necesitan aprobación previa y deben demostrar que son más ambiciosos desde el punto de vista medioambiental. Todas las etiquetas medioambientales deben ser transparentes, verificadas por terceros y revisadas periódicamente.
La nueva Directiva pondrá fin a todo el «lavado verde» que hemos visto últimamente. Prohibirá afirmaciones genéricas sobre el medio ambiente como «respetuoso con el medio ambiente», «verde» y «biodegradable», a menos que puedan respaldarse con pruebas sólidas. También tomará medidas enérgicas contra las afirmaciones sobre la durabilidad de los productos que resulten ser falsas. Voy a escribir otra actualización de las palabras clave que parece que van a prohibirse con esta nueva Directiva.
¿Cuál es el impacto para las marcas si se equivocan?
La Directiva de Alegaciones Verdes no es sólo para aparentar; muchas marcas ya han sido sorprendidas por ellos en todo el mundo. Algunos ejemplos son:
- Volkswagen: se enfrentó a una reacción violenta por hacer trampas en las pruebas de emisiones en 2015.
- McDonalds y Starbucks: duramente criticados por sustituir las pajitas de plástico por soluciones tanto o más perjudiciales para el medio ambiente.
- Walmart: desenmascarada por falsas afirmaciones sobre el uso de bambú en los productos, lo que le valió una multa de 3 millones de dólares.
- Zara y H&M: en el punto de mira por sus afirmaciones de «ropa sostenible», con la percepción general de que estas afirmaciones sólo se utilizan como tácticas de marketing para aumentar las ventas, a pesar de las sólidas pruebas de lo contrario.
Se trata de una gran victoria para la transparencia y la responsabilidad. Dará a los consumidores la información que necesitan para elegir con conocimiento de causa los productos que compran. Y ayudará a las empresas que se toman en serio la sostenibilidad a destacar entre la multitud.
Creemos que esta nueva Directiva marca un hito en la lucha por las prácticas empresariales sostenibles. Demuestra que la UE se toma en serio la lucha contra el lavado verde y la obsolescencia programada. Y envía un mensaje claro a las empresas de todo el mundo: los consumidores ya no están dispuestos a dejarse engañar.
¿Cuáles son las mayores oportunidades para las empresas que ofrece la Directiva sobre Demandas Verdes?
La Directiva sobre Demandas Verdes ofrece varias oportunidades a las empresas:
Estimular las oportunidades de mercado: Al fomentar la competencia en torno a los productos sostenibles, la directiva abre nuevos segmentos de mercado, permitiendo a las empresas diversificarse y crecer.
Mejorar la calidad del producto: Centrarse en la sostenibilidad puede conducir a mejorar el rendimiento de los productos, lo que beneficia tanto a los consumidores como a los fabricantes.
Aumenta la credibilidad: La directiva proporciona un marco para que las empresas justifiquen sus afirmaciones medioambientales. Esto puede generar confianza entre los consumidores y ayudar a las empresas a destacar.
Evita las trampas del lavado verde: Las empresas pueden eludir los riesgos para su reputación asociados al lavado verde cumpliendo las normas de la directiva.
Igualdad de condiciones: Al regular las etiquetas ecológicas privadas, la directiva facilita a las empresas la competencia leal, reduciendo de paso la confusión del consumidor.
En general, la directiva pretende recompensar los verdaderos esfuerzos de sostenibilidad, estimular la innovación e impulsar el crecimiento del mercado, al tiempo que responsabiliza a las empresas de sus afirmaciones medioambientales.
Además de lo anterior, la nueva Directiva forma parte de una estrategia más amplia de la UE para promover el consumo y la producción sostenibles. Esta estrategia incluye otras iniciativas, como la Directiva sobre diseño ecológico y el Plan de Acción sobre Economía Circular. Todas estas iniciativas colaboran para crear un futuro más sostenible para Europa.